Sinopsis

Ahí dentro hay alguien. La luz es tenue, pero de vez en cuando se ve una sombra que pasa por delante. Los cristales son translúcidos, o quizás están sucios, o tal vez son cortinas, y en cualquier caso, la silueta de alguien se mueve dentro.
¿Qué hace? Cuesta saberlo, pero si acercas la cara a la ventana, intuyes una especie de coleccionista de recuerdos.
Pero no, eso lo hacemos todos, con más o menos manías, con más o menos implicación.
Lo que guarda tiene que ver con la seguridad. Guarda cosas que le hacen sentir seguro. Y los recuerdos son una de esas cosas, sí. Pero no por el recuerdo en sí, sino por la sensación de seguridad que le evoca ese pistolero de plástico, o esa melodía silbada, o ese gesto que fue caricia.
¿Qué hace ahí? Esparce un paisaje con todo lo que había guardado durante tanto tiempo. Un paisaje que se convierte en pared.
Parece que busca un plano general de ese material que siempre había mirado desde la más absoluta cercanía. Tan cerca que atravesaba la piel. Tan cerca que lo miraba desde dentro.
Parece que se despide.